El Príncipe de Gales acoge en Clarence House un festival ecológico para animar a la gente a vivir de una forma sostenible.
La residencia oficial del príncipe de Gales brilla de color entre decenas de puestos de verdura orgánica, carpas con ropa reciclada y los últimos adelantos en energía verde. Se han instalado en el jardín de Clarence House y de los vecinos londinenses del heredero de la Corona británica, los también señoriales Palacio de St. James, Marlborough y Lancaster Houses, en un festival ecológico para concienciar al público de que es sencillo y conveniente reducir la huella del carbono. «Nadie ha explicado hasta ahora que un futuro sostenible puede generar más satisfacción que el mundo en que vivimos ahora», resalta el príncipe en el catálogo de 'Una fiesta en el jardín', título oficial de esta excepcional feria.
«El príncipe es un apasionado defensor de los recursos naturales y se merece nuestro respeto con esta iniciativa. Demuestra valentía abriendo sus puertas durante 12 días», admite la paisajista Lulu Urquhart. Su proyecto, 'El jardín de las ciudades del futuro', bordea la fachada de Clarence House en una sucesión de tiestos en los que crecen hierbas medicinales, verduras e incluso manzanas. A pocos pasos está la huerta particular de Carlos, con zanahorias y vainas orgánicas, que visitarán miles de ciudadanos hasta el próximo día 19. «La reina organiza fiestas populares en los jardines del palacio de Buckingham, pero es la primera vez que su hijo abre su jardín al público. Había que aprovechar la oportunidad», señalan Saturnino y Manoli López Aguilera.
También Einslie Johnston se ha acercado al festival atraída por la «curiosidad de lo que está detrás del muro». «Es divertido», sonríe esta elegante pensionista. Gay Pilgrim, jardinera por afición, ha viajado desde Birmingham con la esperanza de aprender algo nuevo sobre la protección del planeta. «Me han interesado particularmente las área del hogar, con distintas propuestas para aislar la casa, y de jardinería. Me ha inspirado a plantar verduras en zonas difíciles de mi jardín», explica.
La residencia oficial del príncipe de Gales brilla de color entre decenas de puestos de verdura orgánica, carpas con ropa reciclada y los últimos adelantos en energía verde. Se han instalado en el jardín de Clarence House y de los vecinos londinenses del heredero de la Corona británica, los también señoriales Palacio de St. James, Marlborough y Lancaster Houses, en un festival ecológico para concienciar al público de que es sencillo y conveniente reducir la huella del carbono. «Nadie ha explicado hasta ahora que un futuro sostenible puede generar más satisfacción que el mundo en que vivimos ahora», resalta el príncipe en el catálogo de 'Una fiesta en el jardín', título oficial de esta excepcional feria.
«El príncipe es un apasionado defensor de los recursos naturales y se merece nuestro respeto con esta iniciativa. Demuestra valentía abriendo sus puertas durante 12 días», admite la paisajista Lulu Urquhart. Su proyecto, 'El jardín de las ciudades del futuro', bordea la fachada de Clarence House en una sucesión de tiestos en los que crecen hierbas medicinales, verduras e incluso manzanas. A pocos pasos está la huerta particular de Carlos, con zanahorias y vainas orgánicas, que visitarán miles de ciudadanos hasta el próximo día 19. «La reina organiza fiestas populares en los jardines del palacio de Buckingham, pero es la primera vez que su hijo abre su jardín al público. Había que aprovechar la oportunidad», señalan Saturnino y Manoli López Aguilera.
También Einslie Johnston se ha acercado al festival atraída por la «curiosidad de lo que está detrás del muro». «Es divertido», sonríe esta elegante pensionista. Gay Pilgrim, jardinera por afición, ha viajado desde Birmingham con la esperanza de aprender algo nuevo sobre la protección del planeta. «Me han interesado particularmente las área del hogar, con distintas propuestas para aislar la casa, y de jardinería. Me ha inspirado a plantar verduras en zonas difíciles de mi jardín», explica.
El festival forma parte de la campaña 'Start' (Empezar), que lidera el príncipe de Gales con un simple objetivo: animar a la gente a dar un paso, pequeño o grande, hacia un estilo de vida sostenible. Ya sea reciclando la ropa, apagando el piloto de los aparatos eléctricos, bajando el termostato de la calefacción o instalando placas solares en el tejado de la vivienda. Así, en una caseta de Marlborough House, se invita al público a confeccionar una bolsa con retales reciclados de las cortinas de los palacios de la familia real. «El príncipe nos ha donado más de 40 cortinas con distintos estampados. Una bolsa de algodón equivale a 500 de plástico», calcula Rosie Elie, voluntaria en este puesto.
El reciclado se extiende a otros materiales, como la lana, que puede reutilizarse para hacer colchones y hasta ataúdes, según se demuestra en el evento. También sorprende una casa rústica, levantada con un centenar de plataformas de palé intercaladas por bloques de plástico. «El 84% de los refugiados podrían tener cobijo con los palés que se desechan cada año en Estados Unidos», advierte una nota clavada en el peculiar refugio.
El heredero británico participará hoy en la fiesta de su jardín como punto final a una gira 'ecológica' por el país. Viaja con sus ayudantes en el tren real, un lujo que suscita críticas de la prensa por el elevado coste que supone al contribuyente.
M.Prieto/Vida Sana - L.Gómez/Diariomontañés.es
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