jueves, 9 de septiembre de 2010

El crecimiento de los mercados ecológicos.

Durante los últimos años, el número de poblaciones catalanas que ofrecen regularmente un mercado con productos ecológicos, incluso biodinámicos, ha crecido considerablemente gracias al alza del sector.

El mercado agroecológico se diferencia del mercado convencional en que la parada de producto ecológico no es la excepción sino la norma. Una norma que es la propia organización la que se ocupa de buscar y garantizar. En Catalunya ya existen unos cuantos mercados así. Y esta tendencia va a más porque el fenómeno es relativamente reciente, pero está siendo un éxito.

Valls, Sant Martí Vell, Sant Cugat del Vallés, Castelló d'Empúries, Cambrils, Lleida... el número de poblaciones catalanas que disponen de mercado regular de productos ecológicos va en aumento desde que, no hace demasiado, comenzaron a surgir tomando de modelo aquéllos que ya funcionaban en la Cataluña Nord, al sur del país vecino. Prada de Conflent, en especial, y también Perpiñán, cuentan con un mercado ecológico desde hace casi 20 años. En cambio aquí hace sólo unos dos años que este tema empieza a normalizarse... No obstante, el camino hecho ha sido largo y además en tiempo récord, es lo que tiene de ventaja el poder partir de experiencias previas de otro.

Lola Puig, impulsora de los mercados ecológicos Món Empordà, afirma que "Yo misma, que tengo el restaurante El Fort, en Ullastret, he tenido que hacer miles de viajes para ir a Prada para encontrar ingredientes ecológicos porque aquí no sabía donde comprarlos. Y lo más gordo del caso es que, en ocasiones, aquéllo que se vendía en Conflent ¡era un producto de origen ampurdanés!".

Món Empordà de momento representa una red de mercados que abrazan hasta cinco localidades de la comarca -el primer sábado de mes en Rupià, el segundo a Corçà, el tercero en Verges, y el cuarto y el quinto, si hay un quinto, en Torroella; y el primero y el tercer domingo de mes a Castelló d'Empúries-. El hilo conductor de todos ellos es el mismo: producto, agrícola o ganadero, ecológico en todo su proceso: el tomate, ecológico desde la semilla. Una treintena de productores proveen estos mercados de productos certificados.

Los productos del resto de los otros mercados, provienen de un único lugar. El de Sant Cugat del Vallès, por ejemplo, se celebra los sábados por la mañana en la plaza Pep Ventura. Natàlia Led, de la entidad organizadora, Ateneu Santcugatenc, confiesa aspirar a la fidelización de la clientela: "El ideal no es que este mercado sea para un día que a alguien le haga gracia de comprar embutidos o pimientos ecológicos, sino que acabe siendo el mercado habitual, fijo, ir de manera regular para adquirir este tipo de productos". El radio de alcance del mercado agroecológico es pequeño, y esa es la idea que se defiende, en muchos casos por razón de calidad -cuanto más de cerca sea la zanahoria, menos hará que se ha arrancado y mejor sabor tendrá-, pero la proximidad también ayuda a la reducción de la intermediación -en la mayor parte de los casos se trata de venta directa-, lo que permite que los márgenes sean más favorables para el productor. Circunstancia que, naturalmente, favorece la subsistencia en sí de esta figura. Una figura, la del campesino, la del ganadero, la del quesero de obrador, que contado y debatido da vida al territorio.

El target del mercado agroecológico es el de un público con conciencia ecologista, conciencia que in situ también se suele avivar mediante talleres y demostraciones prácticas. La preocupación por la salud también se destaca como importante entre la clientela de un mercado de este tipo. También completa el target esa persona de "gustos y costumbres alternativos". Aunque con la expansión y normalización de los mismos, cada vez el target será más amplio y menos exclusivista.



M. Prieto /Vida Sana - gastroteca

1 comentario:

La cocina de Bender dijo...

Hola, seguro que mi blog no esta en la lista, una pena, un abrazo.