Comer de forma extremadamente verde ya no es solo cosa de hippies trasnochados, de estrellas de Hollywood extravagantes o de gente new age obsesionada con la salud. Bill Clinton se suma a la corriente verde, al igual que hicieron Madonna, Daryl Hannah, Liv Tyler o Ellen DeGeneres
Si un ex presidente como Bill Clinton es capaz de aparecer en televisión -ayer se confirmó que ya tiene papel en el cine: ha hecho un cameo en el filme Resacón en Las Vegas 2, que se rueda estos días- y decir sin tapujos "soy vegano y me encuentro muy bien" es que una silenciosa revolución se está cocinando en la mentalidad de los poderosos.
Pero Clinton no está solo. Entre los que han renunciado a esas opíparas comilonas en las que el solomillo a la pimienta solía ser el rey está Biz Stone, cofundador de Twitter; Bill Ford, presidente de Ford; o Mort Zuckerman, el multimillonario propietario del diario Daily News... Pero, ¿en qué momento una frugal ensalada de espinacas sustituyó a esos platos cargados de grasa animal?
La epifanía hacia el mundo vegano suele llegar a través de una segunda esposa. Ese parece ser el caso más común. El político Denis Kucinich, eterno candidato presidencial de la izquierda alternativa, se volvió vegano hace 15 años por amor. "Conocí a alguien que lo era y decidí utilizar la dieta como fórmula de cortejo", explicó recientemente en la revista Business Week. Cuando en 2004 se conocieron sus hábitos alimenticios, sus opositores llegaron a decir que un candidato a la presidencia no podía ser vegano, que era ridículo. Los tiempos cambian. Kucinich ha conseguido tras una larga batalla que en el menú del Congreso se incluya un apartado para veganos. Además, después de ver a Clinton confesar en la televisión que había recuperado el peso de sus años de adolescente gracias al veganismo, Kucinich ha decidido terminar un libro que dejó a medias años atrás dedicado a su nutrición.
Pero a veces la entrada en el mundo vegano no llega por vía de una mujer, sino por un buen amigo. Ese es el caso del magnate de los casinos Steve Wynn, quien abandonó los placeres de la carne y los huevos en junio cuando Gulu Lalvani (propietario de los teléfonos Binatone) le hizo ver el documental Eating, en el que el director explica las maldades de una dieta hecha a base de grasa animal. "Cambié de dieta de golpe", afirma Wynn, quien compró 10.000 copias del documental y las repartió entre sus empleados. "Si se ponen enfermos, yo pago la cuenta. Si consigo que tengan buena salud, soy un hombre de negocios inteligente", afirma el empresario.
Entre los recientes conversos está Biz Stone, uno de los fundadores de Twitter, que cambió de hábitos después de visitar un centro de recogida de animales en Nueva York. "En las comidas de negocios a veces me miran raro aunque nadie me juzga", asegura. Sus nombres se unen al de celebridades como Madonna, Daryl Hannah, Liv Tyler o Ellen DeGeneres, que hace años que propagan el evangelio del veganismo, pero nunca tuvieron compañeros de religión tan poderosos como estos.
B.Celis - ElPaís.com
Si un ex presidente como Bill Clinton es capaz de aparecer en televisión -ayer se confirmó que ya tiene papel en el cine: ha hecho un cameo en el filme Resacón en Las Vegas 2, que se rueda estos días- y decir sin tapujos "soy vegano y me encuentro muy bien" es que una silenciosa revolución se está cocinando en la mentalidad de los poderosos.
Pero Clinton no está solo. Entre los que han renunciado a esas opíparas comilonas en las que el solomillo a la pimienta solía ser el rey está Biz Stone, cofundador de Twitter; Bill Ford, presidente de Ford; o Mort Zuckerman, el multimillonario propietario del diario Daily News... Pero, ¿en qué momento una frugal ensalada de espinacas sustituyó a esos platos cargados de grasa animal?
La epifanía hacia el mundo vegano suele llegar a través de una segunda esposa. Ese parece ser el caso más común. El político Denis Kucinich, eterno candidato presidencial de la izquierda alternativa, se volvió vegano hace 15 años por amor. "Conocí a alguien que lo era y decidí utilizar la dieta como fórmula de cortejo", explicó recientemente en la revista Business Week. Cuando en 2004 se conocieron sus hábitos alimenticios, sus opositores llegaron a decir que un candidato a la presidencia no podía ser vegano, que era ridículo. Los tiempos cambian. Kucinich ha conseguido tras una larga batalla que en el menú del Congreso se incluya un apartado para veganos. Además, después de ver a Clinton confesar en la televisión que había recuperado el peso de sus años de adolescente gracias al veganismo, Kucinich ha decidido terminar un libro que dejó a medias años atrás dedicado a su nutrición.
Pero a veces la entrada en el mundo vegano no llega por vía de una mujer, sino por un buen amigo. Ese es el caso del magnate de los casinos Steve Wynn, quien abandonó los placeres de la carne y los huevos en junio cuando Gulu Lalvani (propietario de los teléfonos Binatone) le hizo ver el documental Eating, en el que el director explica las maldades de una dieta hecha a base de grasa animal. "Cambié de dieta de golpe", afirma Wynn, quien compró 10.000 copias del documental y las repartió entre sus empleados. "Si se ponen enfermos, yo pago la cuenta. Si consigo que tengan buena salud, soy un hombre de negocios inteligente", afirma el empresario.
Entre los recientes conversos está Biz Stone, uno de los fundadores de Twitter, que cambió de hábitos después de visitar un centro de recogida de animales en Nueva York. "En las comidas de negocios a veces me miran raro aunque nadie me juzga", asegura. Sus nombres se unen al de celebridades como Madonna, Daryl Hannah, Liv Tyler o Ellen DeGeneres, que hace años que propagan el evangelio del veganismo, pero nunca tuvieron compañeros de religión tan poderosos como estos.
B.Celis - ElPaís.com
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