lunes, 29 de marzo de 2010

El huerto se hace escuela en Turón, Mieres

Echarse al monte y cultivar su propio huerto prescindiendo de cualquier tipo de producto químico. Eso hicieron hace dos años Ángel García Beitia y su compañera, Andrea Arana Marcos, dos vitorianos que llegaron a Mieres hace ahora tres años y medio con la intención de cambiar de vida y dedicarla a la agricultura ecológica. Ahora tienen su propio terreno en las proximidades de L'Artusu, en el valle de Turón, donde han iniciado un proyecto educativo que en el último mes ha recibido la visita de 600 alumnos de colegios del concejo de Mieres.

Después de pasar algún tiempo dedicados a la producción de alimentos ecológicos, pasaron a desarrollar este nuevo proyecto en el que se dedican a dar formación a alumnos para que aprendan a cultivar, plantar y recoger alimentos de manera ecológica. «Trabajar con semillas, saber distinguir unas de otras, tratar los abonos y turbas, poner la semilla en una planta que luego se llevarán a casa y cuidarán, para que haya una continuidad en la formación, y sobre todo que pongan las manos en la tierra, que pierdan el miedo y que se acostumbren a estar en contacto con la tierra», así explica Ángel García el trabajo que hacen con las alumnos de primaria en este «ecohuerto» enclavado en el valle de Turón.

La vida que ha elegido llevar esta pareja de vitorianos es «la que pensábamos que mejor nos iba a ir». Él, ingeniero técnico de topografía, se dedicaba a sus proyectos y al trabajo propio de un perito, y ella, al de una integradora social. Convencidos, tomaron la decisión de dar un nuevo rumbo a sus vidas y escogieron Mieres para llevar a cabo estos nuevos proyectos, que, desde un principio, tenían claro que estarían relacionados con «la agricultura ecológica». «Antes no estábamos mal, pero lo que tenemos claro es que ahora estamos mejor», apunta García.

Con la colaboración de la concejalía de Bienestar Social han desarrollado esta primera campaña de formación con los colegios del concejo: «Tanto el Alcalde como la concejala han apostado por esta idea y se lo agradecemos; pero hay limitaciones económicas y es una pena que los cursos acaben ahora, justo cuando empieza el buen tiempo», dice. La intención de este joven emprendedor, que asegura que «aunque sea una cosa pequeña esta iniciativa supone una gran contribución social», es extender esta iniciativa por más concejos de la Montaña Central.

De momento, ayer, el Colegio Santo Domingo de Guzmán de Mieres fue el último en recibir estas clases tan particulares, en las que «los chavales se lo pasan en grande, ya que es un trabajo muy dinámico y supone un notorio cambio con relación al resto de las clases».



Fotografía:Ángel García enseña a trabajar la tierra a algunos alumnos del Colegio Santo Domingo de Guzmán/ J.R.Silveira - LNE.es



M.Prieto/Vida Sana - A.Lorca/ LNE.ES

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