La agricultura tradicional, la de nuestros ancestros, la que se ha ido gestando con el cultivo, adaptación y mimo de las especies salvajes durante 7.000 años, la que ha ido mejorando la adaptación al medio de los seres humanos, con la aportación de nutrientes fundamentales para las defensas en situaciones adversas, ha sido fundamental para que hoy concibamos la agricultura ecológica tal cual es con la aportación de la sabiduría de la tradición, rota hace escasamente 70 años con la irrupción del uso de productos químicos, como abonos, herbicidas y pesticidas, en la producción agrícola y que traería consigo el desarrollo de la agricultura extensiva, forzándola aún más con la imposición del monocultivo, y por tanto perdiendo gran cantidad de sustancias que aportan a los seres humanos importantes defensas frente al medio o adquiriendo otras que nos vuelve vulnerables a las agresiones del medio.
¿Por qué debemos consumir alimentos ecológicos? La industria y la agricultura ecológicas son más sanos al no utilizar en su producción fertilizantes y pesticidas químicos que disminuyen la producción de sustancias defensivas para los seres humanos, mejorando las cualidades organolépticas de los alimentos, que también mejoran al no utilizar conservantes, potenciadores del sabor, etc., sino sólo sustancias naturales, como antigua y tradicionalmente se hacía, con el olor y el sabor de lo autentico. La mayor garantía alimentaria la tiene hoy día la producción agrícola ecológica, obligada a varios controles de calidad desde la certificación de la calidad de las tierras hasta 3 ó más controles durante la producción, y en caso de incumplimiento, retirada de la certificación. La producción ecológica está protegida por una estricta normativa de calidad y control. Por añadidura, fomenta un desarrollo rural sostenible.
Desde el inicio de esta década que estamos concluyendo, diversas investigaciones médicas, y en distintos países, han aportado conclusiones que ya debieran tenerse más en cuenta por los programas agrícolas de los países “civilizados”. En el año 2002, un grupo de investigadores británicos realizó un estudio en el que aseguran que el consumo de alimentos ecológicos podría reducir el riesgo de sufrir ataques cardíacos y el riesgo de sufrir cáncer. Afirman que los vegetales ecológicos contienen niveles de ácido salicílico seis veces por encima de los vegetales no ecológicos y que esto podría reducir ambos riesgos.
En los EE UU, año 2003, el debate sobre si los alimentos ecológicos son más saludables o no que los alimentos convencionales se encontró con nuevos resultados científicos. Expertos de la Universidad de California concluyeron que las frutas y los vegetales cultivados con métodos ecológicos contienen niveles más altos de antioxidantes. Los análisis realizados en productos como trigo y zanahorias demostraron que la reducción de pesticidas y herbicidas permite a las plantas producir una sustancia natural, denominada phenolics, que actúa como agente protector de las plantas. Estas sustancias contienen componentes naturales que poseen una actividad antioxidante capaz de combatir enfermedades provocadas por insectos. La aparición de esta sustancia natural disminuye con el uso de herbicidas y pesticidas utilizados en la agricultura convencional. “Esto explicaría por qué los niveles de antioxidantes son más elevados en alimentos ecológicos”, aseguró Mitchell, uno de los responsables del estudio, publicado en Journal of Agricultural and Food Chemistry. Los niveles de antioxidantes en productos ecológicos como el trigo pueden ser hasta un 58% más altos que en los del trigo convencional. En otros productos la cifra puede llegar al 50% más de antioxidantes, y en el caso de las zanahorias ecológicas la cifra llega hasta el 19%. Los expertos apuestan por una combinación de métodos de producción ecológicos con prácticas convencional para aumentar los niveles de antioxidantes.
En 2006, investigadores del Instituto de Investigación de Agricultura Ecológica de Suiza aseguraban que los cultivos ecológicos aportan muchos más beneficios que los cultivos actuales tanto a los consumidores como a las tierras de cultivo. La concentración en los suelos ecológicos de nitrógeno, fósforo y otros nutrientes naturales son entre un 31% y un 51% más altos en los cultivos ecológicos que en los convencionales. Esto convierte a los suelos ecológicos en más fértiles y permite mayor diversidad de nutrientes que absorben los suelos.
Julia Franco Zapata - Ecologistas en acción
¿Por qué debemos consumir alimentos ecológicos? La industria y la agricultura ecológicas son más sanos al no utilizar en su producción fertilizantes y pesticidas químicos que disminuyen la producción de sustancias defensivas para los seres humanos, mejorando las cualidades organolépticas de los alimentos, que también mejoran al no utilizar conservantes, potenciadores del sabor, etc., sino sólo sustancias naturales, como antigua y tradicionalmente se hacía, con el olor y el sabor de lo autentico. La mayor garantía alimentaria la tiene hoy día la producción agrícola ecológica, obligada a varios controles de calidad desde la certificación de la calidad de las tierras hasta 3 ó más controles durante la producción, y en caso de incumplimiento, retirada de la certificación. La producción ecológica está protegida por una estricta normativa de calidad y control. Por añadidura, fomenta un desarrollo rural sostenible.
Desde el inicio de esta década que estamos concluyendo, diversas investigaciones médicas, y en distintos países, han aportado conclusiones que ya debieran tenerse más en cuenta por los programas agrícolas de los países “civilizados”. En el año 2002, un grupo de investigadores británicos realizó un estudio en el que aseguran que el consumo de alimentos ecológicos podría reducir el riesgo de sufrir ataques cardíacos y el riesgo de sufrir cáncer. Afirman que los vegetales ecológicos contienen niveles de ácido salicílico seis veces por encima de los vegetales no ecológicos y que esto podría reducir ambos riesgos.
En los EE UU, año 2003, el debate sobre si los alimentos ecológicos son más saludables o no que los alimentos convencionales se encontró con nuevos resultados científicos. Expertos de la Universidad de California concluyeron que las frutas y los vegetales cultivados con métodos ecológicos contienen niveles más altos de antioxidantes. Los análisis realizados en productos como trigo y zanahorias demostraron que la reducción de pesticidas y herbicidas permite a las plantas producir una sustancia natural, denominada phenolics, que actúa como agente protector de las plantas. Estas sustancias contienen componentes naturales que poseen una actividad antioxidante capaz de combatir enfermedades provocadas por insectos. La aparición de esta sustancia natural disminuye con el uso de herbicidas y pesticidas utilizados en la agricultura convencional. “Esto explicaría por qué los niveles de antioxidantes son más elevados en alimentos ecológicos”, aseguró Mitchell, uno de los responsables del estudio, publicado en Journal of Agricultural and Food Chemistry. Los niveles de antioxidantes en productos ecológicos como el trigo pueden ser hasta un 58% más altos que en los del trigo convencional. En otros productos la cifra puede llegar al 50% más de antioxidantes, y en el caso de las zanahorias ecológicas la cifra llega hasta el 19%. Los expertos apuestan por una combinación de métodos de producción ecológicos con prácticas convencional para aumentar los niveles de antioxidantes.
En 2006, investigadores del Instituto de Investigación de Agricultura Ecológica de Suiza aseguraban que los cultivos ecológicos aportan muchos más beneficios que los cultivos actuales tanto a los consumidores como a las tierras de cultivo. La concentración en los suelos ecológicos de nitrógeno, fósforo y otros nutrientes naturales son entre un 31% y un 51% más altos en los cultivos ecológicos que en los convencionales. Esto convierte a los suelos ecológicos en más fértiles y permite mayor diversidad de nutrientes que absorben los suelos.
Julia Franco Zapata - Ecologistas en acción
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