Los niños de Infantil del colegio Eduardo Pondal cultivan hortalizas de temporada.
El colegio privado cangués Eduardo Pondal se sumó este curso al programa Voz Natura con la intención de involucrar a los más pequeños en el cultivo ecológico de hortalizas de temporada. La iniciativa partió de la profesora de música Guadalupe Santomé a través de una colega del colegio moañés de Berducedo, que participa en el programa desde hace años.
Las lluvias y el frío retrasaron la puesta en marcha del huerto. Esta semana comenzaron los preparativos. Los pequeños, con ayuda de sus profesores, plantaron tomates, lechugas y fresas después de remover la tierra con palas, rastrillos e incluso sus manos.
«El objetivo es potenciar la educación ambiental, resaltar la importancia de respetar y cuidar el medio natural y propiciar buenos hábitos en la alimentación y en la higiene», dice Guadalupe Santomé.
La profesora se decantó por este proyecto para introducir a los niños en una cultura que apenas conocen. «La mayoría de los alumnos viven en pisos y sus familias no trabajan la tierra», dice Guadalupe Santomé, que reconoce que tampoco tiene grandes conocimientos de horticultura.
El colegio privado cangués Eduardo Pondal se sumó este curso al programa Voz Natura con la intención de involucrar a los más pequeños en el cultivo ecológico de hortalizas de temporada. La iniciativa partió de la profesora de música Guadalupe Santomé a través de una colega del colegio moañés de Berducedo, que participa en el programa desde hace años.
Las lluvias y el frío retrasaron la puesta en marcha del huerto. Esta semana comenzaron los preparativos. Los pequeños, con ayuda de sus profesores, plantaron tomates, lechugas y fresas después de remover la tierra con palas, rastrillos e incluso sus manos.
«El objetivo es potenciar la educación ambiental, resaltar la importancia de respetar y cuidar el medio natural y propiciar buenos hábitos en la alimentación y en la higiene», dice Guadalupe Santomé.
La profesora se decantó por este proyecto para introducir a los niños en una cultura que apenas conocen. «La mayoría de los alumnos viven en pisos y sus familias no trabajan la tierra», dice Guadalupe Santomé, que reconoce que tampoco tiene grandes conocimientos de horticultura.
En el proyecto participan noventa pequeños entre tres y cinco años. Ayer le tocó el turno a dos de los cursos. Treinta chavales, vestidos con el preceptivo uniforme del centro y protegidos con sus mandilones, aprovecharon intensamente la experiencia. Unos entraron en contacto con la tierra sin reparos, con pies y manos. Otros se agarraron firmemente a las regaderas, más interesados en el agua que en el proceso de plantación.
Semilleros
«¿Qué si les gusta?. Están encantados», decía una de las profesoras. Mientras hizo mal tiempo, los niños hicieron semilleros en las clases. Plantaron perejil, cebolla, zanahoria y espinacas. Comprobaron que regándolas de forma periódica y con cuidado, brotan las plantas a los pocos días.
El colegio envió a Voz Natura un proyecto más ambicioso para el próximo curso. Se titula «Gota a gota a auga se esgota». Continúa con el huerto y amplía el tipo de cultivos, introduciendo aromáticas, medicinales y bulbos.
La pretensión es construir un pequeño invernadero de unos 40 metros cuadrados. La pretensión es adelantar la plantación lo suficiente para poder cosechar los frutos antes de que finalice el curso.
El invernadero contará con una estación meteorológica y un sistema de riego por goteo. Los alumnos de Secundaria verificarán a diario la humedad y temperatura y programarán el riego en función de estos parámetros.
El proyecto contempla también crear un estanque que recogerá el agua del tejado y mostrar el efecto de la erosión comparando el efecto del agua sobre una zona con vegetación y otra sin el
J.Santos / lavozdegalicia.es
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