Más de 400 familias de Bizkaia se benefician de un sistema directo de venta de productos locales y ecolólogicos entre baserritarra y consumidor.
Arantza e Itziar son dos amas de casa que tienen una cita ineludible todos los miércoles al mediodía en el gaztetxe de Deusto. En el pórtico del local, que en otros tiempos fue el mercado del barrio bilbaino, les espera Joseba, un baserritarra de Bedarona, con un lote de productos del campo. Arantza e Itziar forman parte de uno de los 17 "grupos de consumo" que el sindicato EHNE puso en marcha hace tres años bajo la denominación Nekasarea. Se trata de un modelo de consumo que evita la intermediación e impulsa la producción ecológica. Algo más de 400 familias se benefician de este nuevo sistema de alimentación en Bizkaia. El éxito es una realidad como lo demuestra la larga lista de espera que hay actualmente para entrar en la red.
Lander también acude todos los miércoles al gaztetxe. Está muy contento de formar parte del grupo de Joseba, que comenzó a funcionar el pasado mes de octubre. Todavía recuerda Lander los últimos tomates de temporada que le puso Joseba en la cesta en pleno otoño. "Estaban que flipabas", comenta Lander mientras recoge el lote de esta semana compuesto por huevos, calabaza, queso, limones, leche, pan, pollo... "La diferencia es brutal con lo que te venden en los supermercados", resumía este joven deustoarra. A igual conclusión han llegado Arantza e Itziar, dos hermanas que no faltan un miércoles, entre otras cosas porque es un compromiso adquirido cuando alguien se suma a un "grupo de consumo". Itziar tuvo conocimiento de la red Nekasarea después de probar el pollo de un productor independiente que los comercializaba en el Casco Viejo bilbaino. A través de él y de internet se puso en contacto con EHNE, y a partir de ese momento entró a formar parte de la "familia". Tanto Itziar como Arantza reconocen que ha sido un acierto entrar en este sistema "porque la calidad de los productos es muy buena". "Unos huevos fritos de estos no tienen nada que ver con los normales", subraya Itziar.
Satisfacción Joseba, que coordinada el grupo, se muestra muy contento con los resultados de la experiencia porque "gracias a esto he podido salvar el caserío". Hace tres años decidió "resucitar un caserío" en Bedarona que poseía la familia de su mujer. Y para dar salida a los productos que cultivaba en la huerta optó por subirse al carro de la iniciativa de EHNE. Pero antes de explicar cómo funcionan los grupos, deja bien claro que "nosotros no vendemos lechugas; nosotros vendemos confianza, bueno, mejor dicho, nosotros intercambiamos confianza". No quiere hablar de precios ni de dinero, porque "nuestra filosofía es distinta". "Nuestros precios no son los del mercado", aclara Joseba. Y se explica: "Nosotros intentamos que quien consume nuestros productos pague un precio justo y que el productor reciba también un precio justo".
Joseba prepara con esmero todos los miércoles en su caserío las 20 cestas, etiquetadas con nombres propios, que luego dejará en el gaztetxe para que cada socio la recoja "cuando pueda". Hay días, dependiendo del tráfico, en los que no tiene mucho tiempo para hablar con los miembros de su grupo. Pero siempre intenta estar un rato con los socios de la red, porque "esto también es parte de nuestra filosofía, hablar con la gente". Intercambian opiniones sobre los productos ... y hasta la semana que viene.
17 grupos Según explica Isabel Álvarez, responsable de los "grupos de consumo" del sindicato EHNE, Nekasarea "es una red entre personas, tanto baserritarras como consumidoras, interesadas en recuperar una forma de alimentarnos y relacionarnos". La idea, desarrollada en Francia e Inglaterra, surgió hace seis años en Bizkaia, como una "necesidad de salirse de los canales clásicos de distribución". Sin embargo, los primeros grupos no fueron una realidad hasta tres años después, concretamente en Orduña y en la comarca Nerbioi-Ibaizabal. Actualmente hay 17 grupos en el territorio vizcaino, abastecidos por unos 50 productores, en su mayoría gente joven "y gente mayor que ha cambiado el chip". Isabel dice que es un "proyecto encaminado a la soberanía alimentaria que implica una responsabilidad compartida" ¿Y qué es eso? "El baserritarra se compromete a entregar semanalmente un cesta de productos más o menos previamente acordada y el consumidor adquiere el compromiso de recogerla y abonarla mensualmente". Aunque ellos no mencionen el dinero, se podría hablar de unas cuotas que van desde los 30 euros a los 200, dependiendo del contenido de la cesta. En esa cesta puede entrar de todo, aunque la base siempre es la verdura. "Los productos", apuntan, "son de temporada sin uso abusivo de invernaderos y frigoríficos".
La entrada en estos grupos de consumo no es sencilla. Hay que seguir un protocolo. En primer lugar, dirigirse al sindicato EHNE. Una vez realizada la inscripción, esperar a que se forme el grupo en la zona del peticionario. Y creado el grupo, se mantienen reuniones con el productor para "conocerse" y para que "cada familia planifique las necesidades de consumo". Puesto en marcha, "la persona consumidora se compromete a adquirir los productos durante un año y a pagar una cuota". La recogida de la cesta es semanal y "como los grupos no tienen locales propios, porque eso encarecería mucho el coste, utilizan los gaztetxes u otro tipo de locales que les cedan como punto de encuentro". Ahora, todos esperan que llegue la primavera para degustar los manjares que ofrece la huerta, sin conservantes ni colorantes ni intermediarios.
M. Prieto/Vida Sana - J.Basurto/ deia.es
Arantza e Itziar son dos amas de casa que tienen una cita ineludible todos los miércoles al mediodía en el gaztetxe de Deusto. En el pórtico del local, que en otros tiempos fue el mercado del barrio bilbaino, les espera Joseba, un baserritarra de Bedarona, con un lote de productos del campo. Arantza e Itziar forman parte de uno de los 17 "grupos de consumo" que el sindicato EHNE puso en marcha hace tres años bajo la denominación Nekasarea. Se trata de un modelo de consumo que evita la intermediación e impulsa la producción ecológica. Algo más de 400 familias se benefician de este nuevo sistema de alimentación en Bizkaia. El éxito es una realidad como lo demuestra la larga lista de espera que hay actualmente para entrar en la red.
Lander también acude todos los miércoles al gaztetxe. Está muy contento de formar parte del grupo de Joseba, que comenzó a funcionar el pasado mes de octubre. Todavía recuerda Lander los últimos tomates de temporada que le puso Joseba en la cesta en pleno otoño. "Estaban que flipabas", comenta Lander mientras recoge el lote de esta semana compuesto por huevos, calabaza, queso, limones, leche, pan, pollo... "La diferencia es brutal con lo que te venden en los supermercados", resumía este joven deustoarra. A igual conclusión han llegado Arantza e Itziar, dos hermanas que no faltan un miércoles, entre otras cosas porque es un compromiso adquirido cuando alguien se suma a un "grupo de consumo". Itziar tuvo conocimiento de la red Nekasarea después de probar el pollo de un productor independiente que los comercializaba en el Casco Viejo bilbaino. A través de él y de internet se puso en contacto con EHNE, y a partir de ese momento entró a formar parte de la "familia". Tanto Itziar como Arantza reconocen que ha sido un acierto entrar en este sistema "porque la calidad de los productos es muy buena". "Unos huevos fritos de estos no tienen nada que ver con los normales", subraya Itziar.
Satisfacción Joseba, que coordinada el grupo, se muestra muy contento con los resultados de la experiencia porque "gracias a esto he podido salvar el caserío". Hace tres años decidió "resucitar un caserío" en Bedarona que poseía la familia de su mujer. Y para dar salida a los productos que cultivaba en la huerta optó por subirse al carro de la iniciativa de EHNE. Pero antes de explicar cómo funcionan los grupos, deja bien claro que "nosotros no vendemos lechugas; nosotros vendemos confianza, bueno, mejor dicho, nosotros intercambiamos confianza". No quiere hablar de precios ni de dinero, porque "nuestra filosofía es distinta". "Nuestros precios no son los del mercado", aclara Joseba. Y se explica: "Nosotros intentamos que quien consume nuestros productos pague un precio justo y que el productor reciba también un precio justo".
Joseba prepara con esmero todos los miércoles en su caserío las 20 cestas, etiquetadas con nombres propios, que luego dejará en el gaztetxe para que cada socio la recoja "cuando pueda". Hay días, dependiendo del tráfico, en los que no tiene mucho tiempo para hablar con los miembros de su grupo. Pero siempre intenta estar un rato con los socios de la red, porque "esto también es parte de nuestra filosofía, hablar con la gente". Intercambian opiniones sobre los productos ... y hasta la semana que viene.
17 grupos Según explica Isabel Álvarez, responsable de los "grupos de consumo" del sindicato EHNE, Nekasarea "es una red entre personas, tanto baserritarras como consumidoras, interesadas en recuperar una forma de alimentarnos y relacionarnos". La idea, desarrollada en Francia e Inglaterra, surgió hace seis años en Bizkaia, como una "necesidad de salirse de los canales clásicos de distribución". Sin embargo, los primeros grupos no fueron una realidad hasta tres años después, concretamente en Orduña y en la comarca Nerbioi-Ibaizabal. Actualmente hay 17 grupos en el territorio vizcaino, abastecidos por unos 50 productores, en su mayoría gente joven "y gente mayor que ha cambiado el chip". Isabel dice que es un "proyecto encaminado a la soberanía alimentaria que implica una responsabilidad compartida" ¿Y qué es eso? "El baserritarra se compromete a entregar semanalmente un cesta de productos más o menos previamente acordada y el consumidor adquiere el compromiso de recogerla y abonarla mensualmente". Aunque ellos no mencionen el dinero, se podría hablar de unas cuotas que van desde los 30 euros a los 200, dependiendo del contenido de la cesta. En esa cesta puede entrar de todo, aunque la base siempre es la verdura. "Los productos", apuntan, "son de temporada sin uso abusivo de invernaderos y frigoríficos".
La entrada en estos grupos de consumo no es sencilla. Hay que seguir un protocolo. En primer lugar, dirigirse al sindicato EHNE. Una vez realizada la inscripción, esperar a que se forme el grupo en la zona del peticionario. Y creado el grupo, se mantienen reuniones con el productor para "conocerse" y para que "cada familia planifique las necesidades de consumo". Puesto en marcha, "la persona consumidora se compromete a adquirir los productos durante un año y a pagar una cuota". La recogida de la cesta es semanal y "como los grupos no tienen locales propios, porque eso encarecería mucho el coste, utilizan los gaztetxes u otro tipo de locales que les cedan como punto de encuentro". Ahora, todos esperan que llegue la primavera para degustar los manjares que ofrece la huerta, sin conservantes ni colorantes ni intermediarios.
M. Prieto/Vida Sana - J.Basurto/ deia.es
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